La inhalación del Litio produce dolor de garganta, sensación de quemadura, tos, dificultad respiratoria; aunque estos síntomas pueden ser algo tardíos. La exposición directa del elemento con nuestra piel produce enrojecimiento, quemaduras, dolor y ampollas; agravándose estos efectos si el contacto es ocular.
La ingestión del tercer elemento según el número atómico produce calambres y dolor abdominal, náuseas, vómitos e incluso colapso.
A pesar de las graves consecuencias que puede sufrir nuestro cuerpo después de un encuentro con dicho elemento, algunas sales de litio (muy común, carbonato de litio, Li2CO3) se utilizan como tratamiento de la manía o la depresión bipolar, además de otras psicopatologías. Esto se debe en su gran mayoría a que inhibe la producción de dopamina (hormona y neurotransmisor).
Fuente: Wikipedia. |
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